Nos están matando a nuestros abuelos:


El pacto del hambre del Gobierno.

Es imposible mirar a los ojos de nuestros abuelos sin sentir una mezcla de tristeza y rabia. 

Ellos, que trabajaron toda su vida, que sacrificaron sus sueños por sus hijos y por el país, hoy son abandonados a su suerte por un Gobierno que ha sellado un pacto infame con el hambre y el desprecio. 

No hablamos solo de cifras ni de políticas frías. 

Hablamos de seres humanos, de padres, madres y abuelos. 

Es el abuelo que te enseñó a andar en bicicleta, el padre que te sostuvo cuando diste tus primeros pasos, la abuela que te abrigó en las noches frías. 

Hoy, esos mismos seres que dieron su vida por nosotros, están siendo abandonados por el Estado. 

Les han quitado todo. 
Les quitan la salud, les niegan los medicamentos, los maltratan con trámites interminables, y los condenan a una vida de miseria, humillados en cada paso que intentan dar. 

Este Gobierno inhumano no solo les roba la dignidad, sino que también les arrebata sus últimos momentos de paz, de bienestar. 

Porque morir, después de toda una vida de trabajo y sacrificios, no debería ser un castigo. 

El PAMI, esa institución que debería ser su refugio, se ha convertido en un terreno de lucha de poder entre facciones del Gobierno. 

Mientras nuestros abuelos siguen sufriendo, la institución está inmersa en denuncias penales que dejan al descubierto la corrupción y los intereses mezquinos que gobiernan su funcionamiento. 

Pero no es solo una pelea entre políticos; es una batalla por el control, donde los jubilados son la verdadera moneda de cambio. 

Los dirigentes no se pelean por mejorar el sistema, sino por quién tiene el poder. 

Pero en esa pelea, los únicos que pierden son nuestros abuelos. 

Cada día que pasa, cada abuelo que fallece por falta de atención o de comida, es una mancha más en las manos de este Gobierno. 

Los están matando de hambre. 
Los están matando con indiferencia. 
Nos quieren robar hasta sus últimos sueños. 
Y no podemos quedarnos mirando. 

"Guillermo Moreno", un dirigente que entiende lo que significa el sufrimiento de los jubilados, lo que duele perder a un ser querido sin poder haber hecho nada, se levanta como una voz que no solo escucha, sino que actúa. 

Porque él sabe lo que muchos han olvidado: un país que abandona a sus abuelos está destinado a un futuro sin alma, sin humanidad. 

Moreno lo ha dejado claro: no se trata solo de números o promesas vacías. 
Se trata de recuperar la dignidad, de devolverles a nuestros viejos lo que les corresponde, de garantizar que sus últimos años no sean una tortura, sino un descanso merecido. 

Porque el que mata, muere. 
Y si este Gobierno sigue en su camino, también será recordado por haber matado el futuro de un país entero. 

Los abuelos no son solo personas de edad avanzada. 
Son el alma de nuestras familias, el corazón de nuestras historias. 

No podemos permitir que el Gobierno los siga golpeando, humillando, y arrinconando hasta el final. 

Debemos hacer algo, y debemos hacerlo ahora. 

"Guillermo Moreno" representa esa esperanza, esa posibilidad de volver a un país donde el ser humano esté por encima de la burocracia, donde la vida tenga un valor más allá del interés económico. 

El peronismo, con sus principios humanistas, no permitirá que este pacto del hambre siga robándonos a nuestros abuelos.



Compartir en Google Plus

0 comentarios:

Publicar un comentario