Problemas de agua, obras abandonadas y falta de control, lo que los platenses ya no podemos seguir tolerando.
En cada barrio, en cada calle, en cada hogar de nuestra querida ciudad, hay una preocupación que se repite, el agua que recibimos no es siempre la que merecemos.
Nos facturan como si nos brindaran agua potable de calidad, pero muchos vecinos sabemos que lo que sale de nuestras canillas dista mucho de ser segura.
Estudios serios, como los del Taller de Aguas de la UNLP, advierten hace tiempo sobre la contaminación de pozos y la precariedad de las conexiones en amplias zonas de La Plata.
Y mientras pagamos tarifas que no condicen con el servicio recibido, las obras de nuevos pozos de agua que podrían mejorar la situación están paralizadas, abandonadas por falta de presupuesto y de gestión, tanto en el ámbito municipal como en el provincial.
Infraestructura crítica que duerme el sueño de los justos, mientras los vecinos seguimos expuestos y desprotegidos.
Lo que indigna aún más es el silencio cómplice de las autoridades municipales, que tienen la obligación de controlar el servicio que prestan las empresas privadas, pero prefieren mirar para otro lado.
¿Dónde están los informes públicos de control?. ¿Dónde están las sanciones cuando las prestadoras fallan?.
El Municipio debería ser el primer garante de nuestro derecho a un agua segura, pero actúa como si el problema no existiera.
No se puede cuidar una ciudad haciendo como que no se ven sus problemas.
No se puede cuidar a los vecinos ignorando sus necesidades más básicas.
Desde mi lugar de vecino, trabajador y empresario de esta ciudad que amo, no puedo ni quiero callarme.
Hoy alzo la voz para decir que ya basta de resignación.
Basta de pagar por lo que no recibimos.
Basta de aceptar como normal la falta de control, de obras, de respeto.
Y, de no cumplirse esta obligación, los vecinos nos reservamos el derecho de iniciar las acciones formales necesarias, incluyendo la intimación mediante carta documento para proteger nuestros derechos.
El acceso al agua potable no es un lujo.
Es un derecho humano fundamental.
Queremos una ciudad donde abrir la canilla no sea un acto de miedo, sino de confianza.
Queremos un Gobierno que esté presente todo el año, no solo en campaña.
Queremos una representación que escuche, que camine los barrios, que conozca y defienda la realidad de los platenses.
Si vos también sentís que merecés vivir mejor, te invito a sumarte.
A encontrarnos, a dialogar, a construir juntos la voz fuerte que La Plata necesita para ser respetada.
Porque cuidar nuestra ciudad es empezar a cuidar a sus vecinos.
Y esa, es una tarea que nos compromete a todos.
"Donde falta agua segura, falta respeto. Donde los vecinos alzan su voz, empieza el cambio. Cuidemos juntos nuestra ciudad. Cuidemos La Plata".
NOTA, gentileza de "Germán Andrés Infanti", vecino comprometido y empresario de la ciudad de La Plata.
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