El modus operandi de los delincuentes incluye páginas truchas que imitan el sitio del banco, incluso con candado de seguridad, lo que puede confundir hasta al usuario más atento.
Estas webs falsas solicitan datos sensibles como el DNI, número de tarjeta y código de seguridad, bajo la excusa de "activar supuestos beneficios provinciales".
Desde la entidad recalcan que jamás piden datos de tarjetas por mail, redes o llamadas.
La recomendación es simple: desconfiar de cualquier mensaje que solicite información personal y siempre ingresar al sitio oficial escribiendo la dirección completa en el navegador, sin hacer clic en enlaces.
Un descuido puede costar caro.
¿Cómo reconocer los mails falsos?:
Los remitentes suelen ser sospechosos: pueden aparentar ser de un banco, aunque al revisar detenidamente el nombre, se nota que no tienen relación con la entidad financiera.
A menudo estos correos incluyen enlaces o archivos adjuntos que invitan a abrir o descargar: es importante no hacerlo, ya que podrían contener software malicioso capaz de robar información personal.
Es común que utilicen amenazas como “tu cuenta será cerrada” o “será bloqueada”.
Este no es el modo en que una entidad bancaria se comunica con sus usuarios.
También pueden presionarte para que respondas con urgencia.
Nadie debería apurarte a contestar, y esta insistencia es una clara señal de alerta.
Los correos fraudulentos frecuentemente contienen errores gramaticales, faltas de ortografía o una redacción que no se ajusta al estilo habitual de los bancos.
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