ALERTA, No al Descarte de Nuestra "JUSTICIA SOCIAL":


Utilizando el término “woke” como cortina de humo, pretenden desmantelar la Comunidad Organizada que ha sido eje de nuestras conquistas históricas. (N del A).

Por Luis “Chito” Vizcarra (Dirigente y vecino comprometido de La Plata-Provincia de Buenos Aires).

En tiempos recientes, se ha popularizado el uso del vocablo “woke”, un término importado del Reino Unido de Gran Bretaña hacia los Estados Unidos y que, en su origen, aludía a “mantenerse despierto” ante las injusticias sociales. 

Sin embargo, en Argentina se ha distorsionado su significado para distraer y desvirtuar los logros alcanzados a lo largo de décadas de lucha popular. 

Nuestra justicia social (fruto del compromiso de los pueblos y sus organizaciones sindicales), no es una moda extranjera, sino el pilar que ha permitido la inclusión y la dignidad para todos los trabajadores.

¿Por qué reemplazar “justicia social” por “woke”?.

Rotular las demandas legítimas de equidad con el término “woke” es parte de una estrategia para:

a) Banalizar la trascendencia de nuestras conquistas, tratándolas como modas pasajeras en lugar de derechos irrenunciables.

b) Desacreditar las luchas históricas de los trabajadores y de las organizaciones libres del pueblo, presentándolas como caprichos importados y ajenos a la realidad nacional.

c) Justificar la reducción del rol del Estado, pretendiendo que la protección de las mayorías sea opcional en vez de una obligación moral y constitucional.

La ofensiva contra el Estado protector y la visión federal.

Bajo el gobierno actual, encabezado por el presidente Javier Milei, se defiende una noción de “libertad” que, en la práctica, amenaza con desmantelar las políticas sociales que históricamente han garantizado el bienestar de millones de argentinos. 

Desde una perspectiva humanista y cristiana, recordemos que:

a) Reducir las políticas sociales equivale a abandonar a quienes dependen de un Estado que actúa como garante de derechos fundamentales en salud, educación, jubilación y asistencia social.

b) El discurso meritocrático ignora las desigualdades estructurales que sólo una política federal y de solidaridad puede corregir, dejando a muchas comunidades sin la protección necesaria frente a un mercado desregulado.

Datos que reafirman la relevancia de nuestra justicia social.

Nuestra historia ha construido un sistema de base Justicialista que, desde la organización y la unidad, ha logrado:

a) Cobertura previsional: más del 90% de nuestros adultos mayores se benefician de un sistema jubilatorio que les asegura una vejez relativamente digna. 

Reducir este derecho es empujar a nuestros viejos hacia la desprotección.

b) Inversión en educación y salud: la gratuidad en la escuela pública y la atención médica universal son conquistas de una lucha que ha roto las barreras de la desigualdad, un logro que solo se sostiene con un Estado activo y comprometido.

c) Reducción de la pobreza y la desigualdad: durante años, las políticas sociales han funcionado como un amortiguador contra la expansión de la brecha entre ricos y pobres, reafirmando la centralidad de la justicia social en la vida de cada trabajador, de cada argentino.

Defender nuestras conquistas: la lucha continúa.

Renombrar y trivializar la justicia social con términos como “woke” es un intento de despojar a nuestras políticas del espíritu comunitario, humanista y cristiano que las hizo posibles. 

Nuestra historia se escribe en la calle y en las organizaciones de trabajadores que, desde cada rincón de la patria, han construido un modelo argentino para un proyecto nacional que protege a todos y no deja a nadie atrás.

El Estado Justicialista fue, es y será mucho más que una estructura administrativa; es la manifestación de la solidaridad y el compromiso colectivo. 

Es, además, la herramienta indispensable para garantizar que la dignidad y la igualdad sean derechos efectivos y no meros conceptos abstractos.

Reflexión final.

Mientras algunos intentan transformar nuestra histórica Justicia Social en una etiqueta vacía, nosotros debemos mantenernos firmes en la defensa de lo que somos: un pueblo unidos, organizado y solidario, que ha sabido ganarse cada derecho con lucha y convicción. 

No permitamos que se desmonte el legado de inclusión y equidad construido con el sudor de nuestros trabajadores. 

La justicia social no se cambia de nombre ni se diluye; se defiende día a día para que cada argentino y argentina pueda vivir con igualdad y dignidad.

¡Despertemos y actuemos!. 
La lucha continúa, y juntos seguiremos constituyendo un país en el que la justicia social sea el faro que guíe nuestro camino.

PD: 
Esta editorial se escribió en la mesa de un bar de La Plata, con mate compartido y el retrato de Perón y Evita mirando desde la pared. 

"Chito" Vizcarra, desde la ciudad de las diagonales para toda la Argentina Federal.



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